A VER QUIÉN HABLA....
de Alfredo Oliú, el sábado, 02 de abril de 2011 a las 21:10
En el Uruguay no hay censura. No conozco al menos norma relevante que impida en forma efectiva la libertad de expresión. De hecho todo lo contrario, nuestra propia Constitución la garantiza. Razón de más para afirmar que en nuestro País el que no se expresa, es porque no quiere.
El domingo pasado en pleno acto electoral de autoridades del BPS, vimos cómo el Sr. Presidente en su irrefrenable deseo de sufragar y no pudiendo porque no se hallaba en el padrón electoral, la emprendió duramente contra el funcionario de la Corte Electoral que lo ponía al tanto de la situación. Fue una verdadera descarga de rayos y centellas donde no faltaron las amenazas en forma más o menos directas y le sentencia que el BPS era un desastre.
En esta semana además tuvimos el agrado de recibir nuevamente al Sr. Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. El Sr. Chavez vino con toda su parafernalia habitual incluyendo, por supuesto, su guardia personal (una especie de guardia pretoriana capaz de dar su vida por la reencarnación del libertador) su sempiterna camisa roja y claro está, su tedioso y verborrágico discurso. Ahora digo yo, teniendo tanto lugar para ir a echarse su discurso pues no, tuvo que ir a la Facultad de Medicina. Supongo yo que nada tiene más que ver con este revolucionario versión siglo veintiuno que la medicina. Pero en fin, lo cierto es que la misma Universidad que le niega el título de Profesor Honoris Causa a los Prof. Brito y Martins, recibe, da platea y micrófono a un Coronel Golpista Presidente electo de una República hermana que ve degradarse su Estado de Derecho año tras año. Y fue una ceremonia de lo más emotiva… el dúo oficialista Larbanois y Carrero cantó “Simón Bolivar” y dejaron que Chavez desafinara a sus anchas. La parte oratoria, la de esperar. El ataque al imperio que huele a azufre, la defensa a todos esos personajes queridos por grandes y chicos como Muamar el Gadafi y como siempre, algún desprecio a la prensa que como no era uruguayo el periodista despreciado, poco importaba al resto que le dejara una amenaza sobre su futuro profesional.
Pero por suerte Uruguay tiene petróleo. Cada cinco años nos lo recuerdan con algún aditamento o variedad. Yo recuerdo cuando el Dr. Tabaré Vázquez anunció que había petróleo en el Uruguay. Daba la sensación que era cuestión de ir con un caño a la plataforma marítima y pinchar con decisión para que saliera el “oro negro”. Pues parece que no es tan sencillo. Naturalmente que es verdad que hay petróleo y también es verdad que su búsqueda, localización y extracción es y debe ser una política de Estado rebasando las aspiraciones de cualquier gobierno de turno porque es algo costoso en extremo y de difícil concreción. Y si bien es bueno mantener informada a la ciudadanía, sería bueno que se ubicaran las cosas en su justo término. Por ejemplo, dejan de lado la promesa electoral de bajar el IVA y tapan dicha omisión con la novela del video paramilitar y todas sus conclusiones y repercusiones donde, cual técnico de futbol, el Presidente retira al Jefe de Inteligencia para volverlo a poner el mismo día. Debería ser más prudente cuando maneja los cambios en su equipo.
Por último no pasa inadvertido que el Senador Saravia ha sido expulsado del MPP por decir y hacer cosas que no les gustan a sus dirigentes. Y le quieren pedir la banca dando a entender que los electores votan un menú que los dirigentes luego acomodarán a su antojo. Pero Saravia se mantiene firme y no se calla: es Blanco.
Por suerte en el Uruguay existe libertad de expresión y todas estas situaciones transcurren con la más absoluta transparencia porque si día a día nos enteramos de los pormenores de la parodia paramilitar obedece más a los conflictos internos en las esferas del gobierno que a la investigación periodística, que si nos enteramos que el BPS es un desastre es porque Mujica no puede votar y no porque Murro no deja que uno pinte la pared de su casa si no aporta, que si permitimos que venga un tiranuelo caribeño y descargue su veneno en el seno de nuestra Universidad es sólo porque tiene petróleo y lo necesitamos, y que si Saravia se hubiera callado la boca y cumplido con los deberes, hoy no sería ni sapo ni culebra.
En el Uruguay hay libertad de expresión.
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