ASI NO…Por el Dr. Alfredo Oliú.
Días pasados, nuestra capital se vio invadida por diversos superhéroes. En efecto, al Chapulín Colorado en distintas versiones, se le sumó toda la legión de superhéroes entre quienes alcancé a distinguir a Linterna Verde y el mismísimo Batman. Es lógico pensar que, tamaño despliegue obedece a una campaña publicitaria relacionada con los niños. Sin embargo no es así. Salvo que pudiera interpretarse un infantilismo de los promotores, cosa que descartamos, obedece por el contrario a temas muy serios y sus destinatarios están bastante lejos de ser niños. Admito sí que se agrega una cuota de buen humor que siempre viene bien aunque uno puesto a elegir, no cambia a Supermán por nadie. Pero no eran temas de niños sino de menores en uno de los casos y de conflictos salariales por otro lado. Creo que ninguno de los dos casos era para superhéroes sino para seres humanos en pleno uso de sus facultades y punto. Y así debió ser encarado. Pero parece que no se logra atrapar la atención de la gente si no se recurre a este tipo de recursos publicitarios y eso es lo que parecen demostrar sus promotores.
Cuando se planteó formalmente una campaña buscando obtener la cantidad de firmas necesarias para promover una consulta popular que determinara la baja de la imputabilidad penal a las personas de dieciocho a dieciséis años, pensé sinceramente que la paciencia de la gente se iba agotando por la inacción del gobierno ante la delincuencia ya instalada hace años en nuestro país como forma de vida. Y sigo creyendo que es así. La gente está absolutamente irritada con la inacción del gobierno, la pasividad de algunos Jueces y con la condena de otros Jueces a quién actúo en legítima defensa incompleta en el peor de los casos. Uno puede comprender y hasta justificar esa irritación colectiva. Desde el Sector Oficialista para colmo, se habló de formar un “frente” contra dicha consulta. Y ahí es cuando uno más se preocupa porque si quién institucionalmente debe calmar las aguas aparece agitándolas, más que una solución se vislumbra una confrontación. En todo caso y si hay espacio y tiempo para una actitud racional, yo no soy partidario de bajar la edad de responsabilidad penal. Ello porque en primer lugar, no soluciona la criminalidad. Pero además, no existen cárceles adecuadas, no existe policía preparada para tales fines y los mismos jueces que liberan hoy a los menores lo seguirán haciendo. Entonces y ya que parece que tiene que transformarse en consigna digo “más y mejores cárceles, más y mejor policía y más y mejores jueces”. Partiendo siempre del supuesto que todo lo que se está invirtiendo en educación, comience a dar algún resultado…
Por otro lado, es legítimo querer ganar más. Es una aspiración lógica y es válido que si se da la instancia de negociación se busquen mecanismos de presión. Claro que nuestros sindicatos parece que no tienen caja de velocidad y el único cambio que les entra es el impulso de brutal ferocidad. Entonces los empleados de los supermercados afiliados a los sindicatos ya no les parece suficiente el paro, tampoco el paro con ocupación, sino que paro con ocupación y no te dejo comprar nada. Así ocuparon el Devoto de Sayago pero no se permitió ingresar a ninguno de los comercios que allí estaban instalados. También sucedió con algunos de los Shopping. Allí aparecieron los superhéroes del momento: los dirigentes sindicales. Los sindicatos cumplen un rol fundamental en un sistema democrático. Cuanto más fuertes son los sindicatos, mayor equilibrio hay en las negociaciones. Pero al parecer y como ya lo señalaban en el siglo dieciocho, todo aquel que tiene poder tiende a abusar de él. Hoy los sindicatos son poderosos y unas veces y otras también abusan de ese poder.
Quiere decir entonces que para proteger a la ciudadanía debemos enfrentar un cruce de insultos entre dirigentes políticos, la formación de un frente para enfrentar un pronunciamiento popular y, por si todo esto fuera poco, sindicatos juguetones que abusan de su poder. Definitivamente, ASI NO.
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